Volver siempre al amor brujo

Una vida licenciosa. Así califican la vida del poeta Raúl Gómez Jattin en una escueta biografía de internet. Murió en el 97 en Cartagena, cuando yo ya existía pero era demasiado pequeña para conocer su poesía. Aún así, mi admiración por sus poemas me sirve de excusa para nombrar esa conexión sin sentido. Lo imagino errante y embrujado por las letras y las sustancias que lo hicieron volar más lejos de lo que su cuerpo resistió. Celebro la vida licenciosa que lo sostuvo en este plano compartiendo un poco de su mente perdida que varios años después llegó a mí en forma de amor, de amor brujo. 


El amor brujo 

He robado parte de tu cuerpo y de tu alma
Le he tendido una celada a los recuerdos
que aquí te recuerdo ¿Recuerdas amor?
El cielo de la noche casi azul se asoma
entre tus pestañas Noche vibrátil
Una vez me fui hasta tu regió de monte
enfermo de hongos y tristezas muy tristes
Y aluciné con tu imagen alta y flexible
galopando un caballo de nube Luego
Venías por la tarde desde el Retiro de los Indios
en tu carruaje blanco y yo iba a pie
por la carretera Como un sonámbulo
Sonríes desde lejos como si masticaras
mi corazón entre tus colmillos
Mis palabras le quitan a tu vida muerte
Vives en este libro aunque te tengo miedo
Aunque apenas si hemos hablado
Pero te amo tanto como siempre
Tanto como puedas imaginar
Y estamos lejos
Como el sol del mar


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