La nueva foto de Adele y la horrible práctica de opinar sobre el cuerpo de las mujeres

Sea por gordas o por flacas, se opina sin filtro de nosotras, disfrazando esos comentarios de valores como la salud y la belleza.



Adele es una de esas figuras del mundo del entretenimiento que genera más amores que odios. Su surgimiento en la vida pública empezó en las redes sociales, pues gracias a MySpace, la plataforma donde muchos músicos publicaban sus canciones, la gente amó su voz. Este no es el espacio para recordar sus logros como cantante y compositora, simplemente su voz es maravillosa y nadie niega su talento. Sin embargo, su cuerpo voluminoso y los cambios que ha tenido a través del tiempo en su peso, siempre se han vuelto tema de opinión pública en medios y redes sociales.

No es la primera vez que la imagen y el cuerpo de Adele se vuelven tendencia. Casi que cada nueva foto donde se muestran cambios en su peso se vuelve un tema donde todos sienten que pueden opinar (así como esta misma columna).

El mensaje de Adele, que acompañaba una foto donde agradecía los mensajes que recibió por su cumpleaños, el 5 de mayo, dice:

“Gracias por el cariño que me envían por mi cumpleaños. Espero que todos estén a salvo y cuerdos durante este momento tan loco. ¡Quisiera agradecer a todos nuestros primeros respondientes y trabajadores esenciales que nos mantienen seguros mientras arriesgan sus vidas! Son nuestros verdaderos ángeles ♥ ️2020 ok, adiós gracias x”

Ella, que al contrario de otras famosas no publica con frecuencia fotos de sí misma, tiene que soportar la oleada de comentarios en todos los sentidos posibles ahora que aparece mucho más delgada que en otras ocasiones.

Unos y unas la tildan de enviar un mensaje “horrible” hacia las personas gordas, otros aplauden que ahora sea delgada y asocian esa delgadez con que se ve más bella, unas incluso admiran unos supuestos hábitos alimenticios más apropiados, claro, sin tener idea de la salud de Adele. Otros piden que la dejen en paz, pero todos y todas opinamos.

Es muy común que los cuerpos de las mujeres, más si son famosas, se vuelvan tema de conversación de desconocidos y es una práctica horrible que debemos erradicar. Ahora que pasa esto con una foto de Adele, aparece de nuevo el aparato patriarcal de disciplinamiento sobre los cuerpos de las mujeres, el cual es ejercido por hombres, pero también por mujeres.

No hace falta ser famosa, solo falta ser mujer para que la gente opine sobre cómo te ves. Muchas veces esos comentarios vienen de tus círculos más cercanos: familia, amigos, pareja. Algo tan normalizado como doloroso.

Pienso en lo que dice la periodista feminista Luciana Peker en su libro Putita golosa acerca de la disciplina que se ejerce sobre el ‘cuerpo único’ y que esto no es algo inocente, casual, despolitizado. Todo lo contrario. Este es un disciplinamiento que le sirve muy bien al sistema capitalista porque, como dice además Naomi Woolf, la dieta es el sedante político más potente en la historia de las mujeres. Una persona feliz no consume.

Si queremos opinar algo de este tema, opinemos de un sistema que nos mira y nos regula el cuerpo constantemente. Y acabemos con él.

No para todas las mujeres del mundo, pero sí para muchas, los nuevos tiempos trajeron muchas libertades (votar, trabajar, pensar en voz alta, disfrutar del sexo), pero también nuevas cadenas. Quizás la más potente es el control de la mirada ajena sobre cómo lucimos. En esto el problema no es que haya mujeres delgadas (muchas sufren por no ganar peso y no encajar en ese ‘cuerpo único’), sino por volver la delgadez una virtud y una exclusión de otros cuerpos. Aquí el activismo gordx ha hecho una tarea enorme para visibilizar la diversidad de cuerpos y la necesidad de dejar de opinar sobre cómo lucen las y los demás.

Este no es solo un asunto sobre una mujer famosa, por supuesto, pero ya que hablar del cuerpo de Adele se volvió tendencia mundial, aprovechemos para entender que esta desagradable práctica patriarcal debe terminar. Y aquí vuelvo a los apuntes de Peker, que contrasta la liberación sexual, que para muchas (no todas) significó vivir el sexo como un placer, con la aún presente prohibición sobre la boca, que hace que las mujeres deban “cerrar sus gustos para ser gustosas y moderar su deseo para ser deseables”. Sea por gordas o por flacas, se opina sin filtro de nosotras, disfrazando esos comentarios de valores como la salud y la belleza.

Por esto, una rebelión de los cuerpos se hace urgente. Sea a Adele, o a cualquier otra mujer, se le debe respetar la autonomía sobre sí misma y esto incluye no emitir juicios sobre su figura. Si queremos opinar algo de este tema, opinemos de un sistema que nos mira y nos regula el cuerpo constantemente. Y acabemos con él, con una sociedad que pide mujeres con la boca cerrada de todas las formas, incluso cerrada para no comer.

*Esta nota fue publicada originalmente en la revista Rolling Stone Colombia.

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