Los paseos en Transmilenio

Me gusta viajar en Transmilenio y sé que pocos dirían algo así. Algunos podrán decir que viajar en TM es más rápido o que viajar en TM es más seguro (¿?), pero no creo que haya muchos que digan que es algo para disfrutar...yo en cambio sí. Y lo disfruto precisamente porque casi no lo uso. Me subo a TM en raras ocasiones y generalmente en horas en que casi nadie más viaja por ahí, por eso es que me va bien, yo sé. Ahí leo lo que en mi casa las distracciones no me dejan y de paso es ahí donde pienso, como todos los mortales que no nos quedamos dormidos en los buses. Ahí veo a la gente y veo cosas a las que dan ganas de tomarle una foto, sea con los ojos o con las palabras. Por eso a veces voy escribiendo en una libreta chiquita que siempre cargo conmigo, para contarle a alguien o para contármelo a mí. Esos son mis paseos en Transmilenio.

La otra noche un hombre se sentó delante de mí. Pude ver su perfil por unos segundos, pero luego sólo vi su espalda. Debía tener más de 50 años pues su bigote canoso lo delataba por el contraste con el pelo teñido de negro azabache N° 1 de L'oreal. En medio de aquel artificial negro se veía una que otra cana que se había escapado a la tintura. El hombre iba leyendo algo que parecía un poema. Luego me di cuenta de que era un guión. Alcancé a leer las letras al revés que se reflejaban en el vidrio de la ventana. El papel tenía letra roja impresa y algunas anotaciones con esfero negro que decían: "¿Me quieres?", a lo que alguien debía responder: "Te quiero. Te quiero muchísimo, desde que éramos novios."

De forma paradójica sonaba esto en mi celular:



Los viajes en TransMilenio en fotos

D.C.

Reflejos
La espera

Comentarios

Juan Rodríguez Hoppichler ha dicho que…
a miles de kilómetros, el TM se extraña como a un paraíso arrebatado.

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